Psicología archivos – Lucy Fariña Matheus https://lucyfarinamatheus.com/category/psicologia/ Explora el fascinante mundo de las humanidades a través de los escritos de Lucy Fariña Matheus. Fri, 07 Feb 2025 20:12:14 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.7.1 https://lucyfarinamatheus.com/wp-content/uploads/2025/02/logo_burdedo-75x75.png Psicología archivos – Lucy Fariña Matheus https://lucyfarinamatheus.com/category/psicologia/ 32 32 Carta – Sobre Edith Stein, el feminismo y la complementación https://lucyfarinamatheus.com/carta-sobre-edith-stein-el-feminismo-y-la-complementacion/ https://lucyfarinamatheus.com/carta-sobre-edith-stein-el-feminismo-y-la-complementacion/#respond Mon, 01 Jul 2024 17:42:01 +0000 https://lucyfarinamatheus.com/?p=4446 Abordaje del feminismo de Edith Stein, explorando la naturaleza femenina, los roles de género y la importancia de complementariedad entre hombres y mujeres en la sociedad y la espiritualidad.

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Querido amigo

Un amigo muy querido me compartió un artículo sobre Edith Stein y su feminismo, el cual me suscitó muchas ideas que le compartí en una carta, y que comparto también con ustedes a continuación:

El artículo me pareció increíblemente pertinente para los tiempos que vivimos. Además, es un tema del que, si bien no soy acérrima, suelo opinar y tenerlo muy presente. A Stein solo la conocía de nombre, tristemente no he profundizado en su filosofía, que me parece innovadora para sus tiempos, según pude notar del artículo. Veo que concilia conceptos que generalmente eran (y son) contrapuestos. Sobre ello, tengo varias ideas que comparto y otras que las veo desde un ángulo distinto:

Sobre las mujeres y las labores

En primer lugar, me llamó la atención su posición respecto de los trabajos como aptos para ambos sexos, sin distinción. En este respecto, difiero. Remitiéndome a la realidad, hay trabajos específicos que la naturaleza femenina no puede llevar a cabo; trabajos físicos, específicamente.

Cuando toco ese tema, siempre recuerdo un ejemplo bastante incuestionable que vi en redes, donde mostraban por qué las mujeres no pueden participar en todas las áreas laborales de los hombres; existe una labor en las plantas petroleras donde hombres extremadamente fuertes tienen que encarrilar cadenas de las propias plantas. Eso a un ritmo muy rápido y específico que, de no hacerlo bien, pueden perder extremidades. Así de peligroso es. Es un trabajo que, creo yo, y me tomo la libertad de hacer una generalización, ninguna mujer puede hacer.

Más allá de la posibilidad de que las mujeres puedan asumir la mayoría de los puestos que ocupan los hombres en el mundo laboral, estadísticamente las mujeres tienden hacia labores más humanísticas, que son compatibles con la naturaleza femenina. No digo que una mujer no pueda ser ingeniero, porque, así como bien dijo Stein, las mujeres pueden desempeñar su trabajo con feminidad.

Sobre los roles

Lo anterior lo menciono porque creo en la existencia de roles, tanto en la familia como en la sociedad, esto último incluyendo el área laboral. Así como sostuvo Edith Stein, considero que las mujeres tienen una llamada que atender en cuanto a su naturaleza; naturaleza que necesariamente complementa al hombre, costilla de él. Esto último no quiere decir que el protagonista sea el hombre, y la mujer un mero complemento. Cada quién tiene su rol estelar a su propia forma y manera.

Opino que la feminidad es una cualidad que no se debe separar de la mujer, pues brinda al mundo una belleza que solo las mujeres pueden dar. Es lamentable que en la actualidad se trate de erradicar esta característica inherente a las mujeres, intentando más bien que se apropien de cualidades propias de los hombres. Algo antinatural.

La psicología de Jung aplicada al tema

En el ámbito de la psicología, he seguido últimamente la rama de Carl G. Jung (pueden leer un poco sobre él en mi artículo «Explorando las profundidades de la psique junto a Jung«). En su teoría existen distintos conceptos y arquetipos que pretenden ilustrar la naturaleza y comportamiento de los individuos; el concepto de ánima representa lo femenino en el hombre; se relaciona con el eros. Abarca todo lo que naturalmente se espera de una mujer: la emocionalidad, lo artístico, lo intuitivo, lo sensual, la naturaleza (desde la Madre Naturaleza) y también el aspecto espiritual. De este concepto se desprende el arquetipo femenino más común: la madre. Representa el dar a luz, la crianza (me parece que es más completo el término en inglés nurturing), el amor, el cuidado; lo mencionado se suele ilustrar en la psicología jungiana con los símbolos de la Virgen María o el de la Madre Naturaleza.

Los arquetipos tienen dos caras, una positiva y otra negativa. Esto quiere decir que la cara positiva se manifiesta cuando se lleva a la luz el arquetipo, integrándolo correctamente con la consciencia; y la cara negativa, que se manifiesta en la sombra. Es decir, no hay un reconocimiento de esas características arquetípicas en el Yo (parte consciente y racional de la personalidad), no hay una individuación (integración de la sombra con el consciente). Al no integrar una sombra, se implementan negativamente las cualidades del arquetipo.

En el arquetipo de la madre existe una manifestación desde la sombra, por ejemplo, llamada la madre devoradora, que priva a su hijo de evolucionar desde un niño a una persona madura, un adulto. Es una madre que “ama” a su hijo desde el egoísmo y no de una manera desinteresada (apartada del ego). Todos los aspectos del arquetipo de la madre afectan cómo el hombre se relaciona con otras mujeres y su entorno, desde la empatía y el amor (idealmente); esa relación del hombre se edifica a raíz del vínculo con su propia madre (y otras mujeres importantes en la vida del hombre). He ahí la importancia vital del rol que tienen las mujeres en este mundo y su responsabilidad para con la humanidad.

De desempeñar ese rol con desidia, o, mejor dicho, de desaprovechar el don de la feminidad y la maternidad, se corre el riesgo de que suceda lo que el artículo menciona: “(…) without women, men would become dull, cruel, and inhuman—alienated from what is most fundamental to their own nature, more beast than man”. El hombre se arriesga a sufrir una desintegración psíquica, que es exactamente lo opuesto a por lo que aboga Jung (la integración de la sombra con el consciente), lo que produce que se vuelva voluble, vano, irritable, con resentimientos y sin dominio de su alma. Producto de ello, puede suceder lo que señala Doherty, el autor del texto: los hombres dominarían a las mujeres.

Por otro lado, está el ánimus que, al contrario del ánima, representa lo masculino en lo femenino y está vinculado con el logos. Esto es lo que más se relaciona con el tema del artículo. Naturalmente y en contraposición al ánima, el ánimus se construye con base en el lazo entre padre e hija y otros hombres representativos en la vida de la mujer. Este concepto se manifiesta a través de diversos arquetipos, pero uno de los más conocidos es El Héroe. Representa la fortaleza, la temeridad, la sed de aventura. En la mujer, se expresa como el ímpetu de perseguir sus metas y aspiraciones, de buscar desafíos.

Este arquetipo como sombra (entre otros como El Guerrero y El Amante) es lo que yo veo como un mal generalizado en la sociedad occidental, el desborde -intencional- del ánimus en las mujeres. El llamado a despojarse de las cualidades femeninas y exacerbar las masculinas, abanderándolas. La sombra de El Héroe puede producir un ego inestable, agrandado y frágil, centrado en sí; fomenta la avaricia en gran medida. Así como precisamente dice el artículo: “Without men, women might become superficial and unobjective”. Es un arquetipo en sombra que, a mi parecer, predomina en este mal al que me refiero.

Son aspectos que, en cualquier ser humano, hombre o mujer, son reprochables, pero son más aberrantes (en el sentido natural de la palabra) en las mujeres. Esta alienación de lo que a cada sexo le es inherente, altera el orden natural, según creo, y de ahí se desprenden muchos problemas actuales relevantes, como lo son la destrucción de la familia como institución sagrada y primordial de la sociedad, el hostigamiento y denigración del acto de ser padre (o madre), el desequilibrio emocional y en las cargas en las familias, y la confusión generalizada sobre la propia identidad, por mencionar algunos.

Términos controvertidos

Saliendo ya del tema psicológico, en el que tal vez me centré mucho, quisiera mencionar lo controvertido y difícil de entender adecuadamente de los términos servir y sumisión en lo relativo a la relación de hombre y mujer. Incluso para mí resulta perturbador, de cierta manera, leer esas palabras en ese contexto. Pero es una reacción a priori. En mi mente, ya estaba bosquejada la idea de la sumisión como acto complementario de la mujer al hombre, pero el artículo me ayudó a esclarecer un poco más mi opinión al respecto. Comprendo que, trayendo a colación de nuevo los roles de cada sexo, existe sumisión de cada parte, pero manifestada de diferentes formas. Esto según lo que leí y según las ideas que ya tenía en mente.

Hablando desde un punto de vista más determinista biológicamente, suscribo que el rol del hombre es el de protección y provisión, mientras que el rol de la mujer es el de crianza (en un sentido amplio, incluyendo crianza sobre el hombre. De nuevo, desde el sentido de nurturing) y gestión del hogar. Esto puede parecer un poco rígido y anticuado, pero lo cierto es que creo en que dichos roles se desempeñan con individualidad, es decir, sus expresiones varían según individuos y no son limitantes.

Al igual que Stein, pienso que puede compaginarse el rol natural de la mujer con sus propias aspiraciones, y, del mismo modo, el rol del hombre con sus responsabilidades familiares y afectivas. Así, bajo el concepto de dichos roles, infiero que la sumisión de la mujer se concreta con la aceptación con llaneza de la responsabilidad y dirección del hombre de hacerse cargo de su familia como cabeza de ella, y la sumisión del hombre ante la mujer (y su familia) en precisamente abocarse a cumplir con su rol. De esta manera, al cumplir cada uno con su función social, familiar y espiritual, se obedece también la voluntad de Dios.

En mi experiencia

En mi vida tengo dos referentes que encarnan lo expuesto por Stein en cuanto a la compatibilidad del trabajo con los roles naturales de las mujeres. En primer lugar, está mi mamá, quien ha logrado perseguir sus aspiraciones sin renunciar a su función de madre. Gracias a Dios y a su propia perseverancia, ha podido ascender ampliamente en la pirámide de su área y, a su vez, siempre ha estado para mí. Ha logrado integrar sus vocaciones: la profesional y la materna.

En segundo lugar, está mi tía, a quien admiro mucho. Es una persona que ha logrado compaginar de manera espléndida sus vocaciones, más allá de las dificultades propias de aunar dichos mundos. De forma espectacular, no solo es una madre muy amorosa y preocupada por su familia, sino que es excelente en su trabajo y en el doctorado que está cursando.

Cuando se ven casos así, se pone de manifiesto la belleza de la plenitud de la naturaleza de la mujer. Libre, sostén de la existencia humana en su propia medida, digna de ser admirada en toda su feminidad.

¿Qué es una mujer?

Ahora bien, hablé de la naturaleza, del rol, del arquetipo psicológico, pero ¿qué es una mujer? Esa pregunta que menciona el artículo y que es tan pertinente en los tiempos actuales, dada la deformación de su respuesta. Mi respuesta a esa pregunta es, en principio, un poco naturalista: un ser humano de cromosomas XX. Pero lo que le sigue es todo lo ya explicado. Eso sería lo que yo respondería.

Además, me parece bastante acertado el énfasis que hace el texto en plantearnos también la pregunta ¿qué es un hombre?. Bastante ignorada, como suele suceder con asuntos atinentes al hombre. Suscribo lo que menciona Doherty en su artículo: «Many people have been devoting much thought to feminine nature for some time, but how many have really taken seriously the question ‘What is a man?’ The answer to that, Stein suggests, is not so obvious. Perhaps we have been taking masculine nature for granted, as much as, or more than, feminine nature».

Desde mi perspectiva, se ha dejado al hombre de lado -también intencionalmente– y no solo eso, sino que se le recrimina por ser tal, afectando entonces su naturaleza viril (en vista de los llamados a feminizar a los hombres) tan necesaria para el desempeño de la humanidad, también en su propia medida.

¿Por qué complementarse?

Para finalizar, así como lo hace el texto, me parece más que pertinente recalcar la necesidad de complementación entre hombres y mujeres, posterior a una concienciación de su propia naturaleza. Ya lo ilustré en este escrito de una manera bastante naturalista con la psicología y los roles, pero pienso que no se queda en ese plano la complementación, es también espiritual y divina.

Así como Stein, y según la interpreto gracias a los extractos del artículo, opino que Dios nos hizo hombre y mujer con una naturaleza particular que debe ser satisfecha (fulfilled) en su plenitud, para poder tender al Bien y, como ella menciona, alcanzar la máxima semejanza posible con Dios. Así, la cooperación es vital para encaminarnos hacia el Bien.

 

«Llegará el día que será preciso desenvainar una espada por afirmar que el pasto es verde» — G. K. Chesterton.

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Explorando las profundidades de la psique junto a Jung https://lucyfarinamatheus.com/explorando-las-profundidades-de-la-psique-junto-a-jung/ https://lucyfarinamatheus.com/explorando-las-profundidades-de-la-psique-junto-a-jung/#respond Wed, 24 Jan 2024 19:55:16 +0000 https://lucyfarinamatheus.com/?p=4247 Este texto desentraña la fascinante psicología de Carl Jung, revelando los misterios del inconsciente colectivo, arquetipos, sombra y sincronicidad; explora las críticas y la impactante influencia de Jung.

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Carl Gustav Jung, psiquiatra y psicólogo suizo del siglo XX con gran reputación en la psicología, fue el pionero de la psicología analítica. Jung comenzó en el campo del psicoanálisis junto a Sigmund Freud, pero tomó un camino distinto en su teoría eventualmente, dando así génesis a la psicología analítica (no confundir con psicoanálisis).

Carl plantea una perspectiva de la psicología muy curiosa, completa y extensa, que permite comprender la complejidad del ser humano en su más pura condición. Aquí, estaremos explorando las profundidades de la psique junto a Jung.

¿Qué entendemos por psicología jungiana?

Comencemos por ilustrar en qué consiste la psicología jungiana: Carl contempla la psique de una manera más amplia y elaborada de lo que lo hacía Freud. Esta corriente está conformada por pilares esenciales, como lo son el inconsciente colectivo, los arquetipos, la sombra, la individuación y la sincronicidad. Sobre estos pilares se erige la quintaesencia humana.

El inconsciente colectivo

En cuanto al inconsciente colectivo, Jung propone que la sociedad comparte elementos y patrones que trascienden la cultura y las generaciones. Este inconsciente está conformado por los arquetipos y los impulsos, y se manifiesta de manera no consciente, influyendo en decisiones y el actuar humano. A su vez, el inconsciente colectivo se refleja en mitos y símbolos que están presentes en todas las culturas y generaciones. Esto lo afirma basándose en sus estudios mitológicos y del folclor.

Los arquetipos

Para complementar la idea del inconsciente colectivo, explicaré el segundo pilar que conforma esta corriente psicológica: los arquetipos. Estos consisten en símbolos e imágenes universales que encarnan sentires, emociones y experiencias humanas básicas. Ellos son una especie de molde o plantilla que encierran características presentes tanto en la sociedad y la cultura, como en el individuo mismo. Algunos de los principales arquetipos son:

      1. El ánima, que supone lo masculino en la mente femenina;

      1. El ánimus, que supone lo femenino en la mente masculina;

      1. El héroe, fascinante figura contrapuesta a la sombra. Lucha constantemente contra ella y la limita, buscando desentrañarla. 

      1. El sabio, quien se ocupa de iluminar y guiar al Héroe en su travesía.

      1. La madre, que se encarga de permitirnos reconocer o identificar comportamientos e imágenes asociadas con la maternidad.

      1. El padre, quien supone una guía de supervivencia en la vida, basándose en el propio ejemplo.

      1. La sombra, que representa todo aquello que reprimimos y guardamos en nuestro inconsciente, bien porque lo reprobamos o porque lo ignoramos.

      1. La persona, la cual plasma nuestra imagen pública, aquella que presentamos a los demás y es socialmente aceptable. Suele confundirse con la verdadera identidad de la persona.

      1. El “trickster”, quien subvierte las normas establecidas, comúnmente las sociales. Padece una ambigüedad moral que pone en perspectiva los significados del bien y el mal; también puede ser el impulsor de cambios y lecciones aprendidas de dichos cambios.

    Todos estos arquetipos son parte tanto del inconsciente colectivo como del individuo. Un ejemplo clásico del arquetipo del héroe en el contexto colectivo es la historia de Aquiles en la mitología griega. Aquiles es un guerrero valiente y habilidoso que lucha en la Guerra de Troya. Personifica características heroicas como coraje y fuerza. En el mismo sentido, a nivel individual, el arquetipo del héroe puede manifestarse en la vida de una persona que enfrenta desafíos personales y supera adversidades.

    La sombra

    Por otro lado, nos concentraremos ahora en la sombra, que tiene un papel protagónico en esta psicología, la cual resalta por sobre los otros arquetipos. Este rasgo de la mente humana representa un aspecto muy difícil, e incluso doloroso de enfrentar. Comprende aquellas emociones, sentimientos, cualidades y características reprimidos, bien sea por desaprobación personal, por desaprobación social/cultural o por la propia ignorancia de la existencia de ellos. No solo abarca cualidades negativas, también alcanza cualidades positivas que han sido reprimidas o ignoradas por un motivo u otro.

    Para ilustrar la sombra, se puede poner de ejemplo la ira reprimida, la cual se podría encontrar dentro de una persona que, constantemente, se esfuerza por ser complaciente y amable. Puede ser también frustración. También están la envidia, miedos, los deseos no reconocidos que pueden morar, por ejemplo, en una persona con una moralidad rígida e inamovible, quien puede tener deseos que vayan en contra ella. Nos encontramos, a su vez, con la creatividad y cualidades positivas reprimidas; por ejemplo, si una persona se percibe a sí misma como lógica, es probable que pueda estar ignorando o marginando aspectos creativos en su inconsciente. Sucede así con incontables aspectos.

    La individuación

    Ahora bien, la individuación vendría siendo el meollo del asunto, el propósito de esta psicología. Este es un proceso de integración y de búsqueda de equilibrio entre la sombra y el resto de arquetipos, conformando así un Yo pleno que satisfaga el “sí-mismo”. Para definir bien la individuación, hay que señalar primero qué son el Yo y el sí-mismo:

        • Yo: se refiere a la parte consciente de la psique que experimenta y reflexiona sobre el mundo. Es aquel segmento consciente que directamente toma decisiones y experimenta la vida cotidiana basado en la percepción consciente. Además, se ocupa de la construcción de la identidad individual, relacionándose así con el ego y la autopercepción.

        • Sí-mismo: es, concretamente, la totalidad de la psique. Este busca establecer un equilibrio en todos los aspectos de ella, reconciliando los opuestos que posee. Es, además, el epicentro de la individuación, donde se concreta la integración de los aspectos inconscientes con los conscientes y se alcanza la autorrealización.
      Dicho lo anterior, la individuación se comprende como aquel viaje personal que pretende integrar el Yo, con todos sus aspectos conscientes, la sombra y el resto de arquetipos para, de esta manera, satisfacer al sí-mismo y alcanzar la autorrealización, que supone el máximo potencial de las personas. Para Jung, esto último era muy importante.

      La sincronicidad

      Para finalizar con los pilares de la psicología jungiana, nos adentraremos en la sincronicidad. Esta consiste en la simultaneidad de sucesos internos y externos que no tienen una causa aparente, pero sí una relación. De esta manera, se ilustra una conexión entre el mundo interno (la psique) y el externo. Jung, a modo de ejemplificación, relató en su ensayo “La interpretación de la naturaleza y la psique. La sincronicidad como un principio de conexión acausal” lo sucedido en una sesión con una paciente: esta le estaba narrando un sueño en el que participaba un escarabajo y, casualmente, aunque no causalmente, escucharon un golpeteo en la ventana; Jung se acercó a ver qué era y, para su sorpresa, ¡era un escarabajo!

      Jung nos explica a raíz de ese suceso que un evento casual como ese, puede tener una significación simbólica para la persona; en este caso, la paciente. Así las cosas, Carl sostenía que la sincronicidad es un fenómeno que da así orientación y significado a la vida mediante la comunicación entre el consciente y el inconsciente.

      Tipos psicológicos

      Jung también exploró lo que llamó “tipos psicológicos” en su libro que lleva el mismo nombre. En él, indagó acerca de las dimensiones de la personalidad y las clasificó en dos grupos: la introversión y la extroversión, la intuición y la sensación. El primer grupo se diferencia en que los extrovertidos se centran en el mundo exterior, mientras que los introvertidos se centran en sus propios sentimientos y pensamientos. El segundo, en que la intuición se basa en las propias percepciones y presentimientos, y, por otro lado, los sensores se basan en la información que perciben a través de sus sentidos. De ese modo, agrupó lo que serían los 4 tipos psicológicos básicos:

          • Introversión intuitiva (IN): son personas reflexivas e imaginativas, que se enfocan en las ideas y el potencial.

          • Extroversión intuitiva (EN): tienden a ser personas carismáticas e innovadoras, cuyo interés son las posibilidades y la gente.

          • Introversión sensorial (IS): son personas tranquilas y reservadas, que se centran en el detalle y la experiencia práctica.

          • Extroversión sensorial (ES): son personas sociables y aventureras, centradas en la acción y la experiencia física.

        Myers-Briggs Type Indicator

        De la teoría de los tipos psicológicos de Jung, nació una teoría que se conoce como pseudo psicológica cuyas siglas son MBTI (Myers-Briggs Type Indicator), ideada por Isabel Briggs Myers y su madre, Katharine Cook Briggs. Ellas tomaron la idea de los tipos y agregaron dos grupos más: sentimiento o pensamiento y juicio o percepción. Las principales diferencias entre cada grupo son que, en el primer caso, el sentimiento se basa en consideraciones personales y valores para tomar decisiones, mientras que el pensamiento se basa en la lógica y el análisis objetivo. La distinción entre el segundo grupo radica en que el juicio se basa en estructurar la vida y la toma de decisiones, y la percepción mantiene las opciones abiertas y se adapta a las circunstancias. De este modo, crearon cuatro tipos psicológicos más:

            • Sentimiento juicioso (FJ): son personas propensas a ser comprensivas, compasivas y serviciales, pero también pueden ser manipulativas y controladoras.

            • Pensamiento juicioso (TJ): suelen ser personas organizadas, eficientes y metódicas, en casos inflexibles y autoritarias.

            • Sentimiento perceptivo (FP): son personas creativas, expresivas e independientes. También pueden ser indecisas y emocionales.

            • Pensamiento perceptivo (TP): tienden a ser personas analíticas, racionales e independientes; pueden ser distantes y difíciles de entender.

          Críticas a Jung

          En otro orden de ideas, la psicología jungiana, si bien ha sido abiertamente aceptada, tiene sus críticas. La mayoría de estas se basa en el rigor científico; alegan que no hay suficiente base empírica para comprobar sus proposiciones, dado el tenor abstracto de sus argumentos y, por esto mismo, exponen que es incomprobable. Además, critican su calidad no determinista; Jung creía en la libertad y elección personales, mientras que otros proponen que la psicología viene determinada por diversos factores que, inevitable e inconscientemente, coaccionan nuestro actuar. También arguyen que su teoría es difícil de aplicar por la cantidad de simbolismos y abstracciones que contiene.

          Sin embargo, la influencia de Jung en la psicología ha tenido un alcance tremendo, revolucionando así el psicoanálisis de Freud. Su comprensión tan completa del ser humano ha brindado herramientas a psicólogos a lo largo y ancho del mundo, muy a pesar de que se diga que no se puede aplicar su idea.

          En defensa de Jung

          Esta psicología proporciona un enfoque centrado principalmente en la persona en su totalidad, así como en su libertad. El hecho de que la teoría sea abstracta no implica que no se pueda comprender ni aplicar; su base en mitos, símbolos y folclor puede ser útil para comprender aspectos complejos sin caer en el reduccionismo, aportando de esta manera herramientas para abordar cuestiones psicológicas y existenciales desde una perspectiva holística.

          También hay que comprender dos cosas: en primer lugar, que sigue existiendo el debate infinito sobre si la psicología es una ciencia o no, precisamente por lo difícil que es comprobar las teorías científicamente, lo que hace que la exigencia de demostraciones empíricas sea absurda, y, en segundo lugar, que la conciencia y la psique siguen siendo un misterio. Pueden leer sobre la conciencia y su naturaleza en mi artículo “Razón y apología de lo suprafísico: una forma de creer”.

          Es innegable el legado jungiano y cabe decir que sus aportes han ayudado a miles de personas. No hay que ir muy lejos para comprobar o identificar los arquetipos presentes en uno mismo, los demás y la sociedad, y tampoco se pueden negar los aspectos reprimidos del ser. Lo que él presenta es una descripción de patrones y una solución a aquellos problemas que suscitan en la vida del hombre.  Más allá de la falta de pruebas científicas y de su abstracción, su teoría es bastante completa, apuntando a la comprensión total del ser humano para poder ayudarlo a alcanzar su máximo potencial.

          «Toda vida humana contiene un potencial; si ese potencial no es alcanzado, entonces esa vida ha sido desperdiciada». — Carl Gustav Jung.

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